2018 llega a su fin. Y como cada fin de año, las redes se llenan de balances, resúmenes y propósitos para 2019.

Y a riesgo de caer en el tópico, en el blog tocaba hacer lo mismo: resumir cómo ha ido 2018 y contar las novedades en las que estoy pensando para 2019.

Fin de año: balance personal

Antecedentes

2018 ha sido un buen año en prácticamente todos los aspectos, sobre todo si echo la vista atrás y veo cómo estaba por estas fechas hace un año, y no digamos hace dos:

  • 2017 terminó de forma esperanzadora, pero aún había algunas secuelas del linfoma que me impedían hacer una vida completamente normal. Por estas fechas estaba a caballo entre casa y la sala de endoscopias, haciendo lo posible para dilatar el esófago y poder tragar con normalidad.
  • 2016 terminó saliendo del hospital, tras seis ciclos de quimio y pendiente de un transplante de médula.

Así que sí: terminamos 2018 mejor que bien.

2018 en bici

Comienzo de año: con ganas pero sin objetivos

Empecé el año con ganas, pero con poca constancia. Me tomé bastante en serio lo de volver, pero lo cierto es que no encontraba ni el tiempo, ni la constancia, ni sobre todo la motivación. Y dicho sea de paso, tampoco me apetecía imponerme obligaciones todavía.

Además, en marzo hubo también cambios profesionales a los que decidí dar prioridad, con un proyecto muy chulo pero que me quita mucho tiempo.

Allá por febrero (he tenido que mirar cuándo fue), compré bicicleta de montaña nueva, dando el paso a la doble suspensión. Ha sido un acierto total: he ganado en comodidad, en confianza… pero la técnica sigue siendo igual de horrible que antes, o incluso peor. Pero eso no me ha impedido disfrutar de paraísos cercanos, como Quinto Real o las Bardenas Reales.

Verano: dejadez y salidas esporádicas

Después, como ya digo, vino el bajón. Tras participar con mucha ilusión en la Marcha Nigth & Bike de Murchante, en verano las salidas han sido muy esporádicas. Y así está claro que es difícil poder disfrutar de la bici en condiciones: pájaras, dolor de piernas…

Por tanto, si echamos un vistazo rápido a las gráficas que ofrecen las diferentes aplicaciones, se ve claramente que he hecho más bien poco hasta el último trimestre del año.

Fin de año: Vuelta a las andadas

Eran tanta la dejadez que hubo que ponerse las pilas un poco en serio. Propósitos de año nuevo, pero en septiembre, aprovechando el inicio del curso.

Como trabajo de partido, busqué la manera de aprovechar las dos horas que me quedan al mediodía, apuntándome al gimnasio más cercano y también a las clases de ciclo indoor. Así al menos tengo algo que me obliga a hacer deporte entre semana.

Y además, me empezó a picar el gusanillo de probar alguna cosa nueva dentro del ciclismo. Como cada vez tengo menos carácter competitivo, el cuerpo me pide probar algo que no requiera ese punto de “mala leche” que hace falta en la competición.

Y ahí aparecieron, en el horizonte, las brevets. Eventos de ultrafondo: (200, 300, 400, 600 o 1000 kilómetros) en los que lo único que cuenta es terminar (hay un tiempo máximo, claro). Así que dicho y hecho, me puse a leer y a investigar, preguntando a veteranos como Mikel Baraibar y Javier Iriberri qué podía hacer para iniciarme en este mundillo. Prometo una entrada exclusivamente dedicada a esto.

Por tanto, no cabía otra que ponerse serio y comenzar a entrenar con criterio, haciendo las cosas bien. Y como me conozco, decidí ponerme en manos de un entrenador “externo” para tener una obligación con alguien que no fuera yo mismo.

Y así llevamos ya 12 semanas, cogiendo fondo y sobre todo retomando rutinas. Lo más importante es que ya le he dado la vuelta a la rutina y ahora el cuerpo me pide hacer ejercicio, cuando antes me pedía todo lo contrario. Ese cambio de mentalidad ya es todo un triunfo.

Evolución de los “entrenamientos” a lo largo de 2018 en función del tiempo invertido
Y en función de los kilómetros… Mucho rodillo en enero 😉

Y para 2019…

Brevets

Todo esto, claro, persigue un propósito. Y es que sin motivación, es difícil sacar tiempo para la bici. Sobre todo cuando mi objetivo va a consistir en eventos de fondo y ultrafondo.

Como ya he explicado, quiero probar el mundo de las brevets. Seguramente me decante por las de Zaragoza, ya que es de lo más cerca que hay de Pamplona.

De momento voy cogiendo sensaciones, voy viendo que los entrenamientos hacen su función y cada vez tengo un poco más de fuerza (es donde más he notado los dos años de inactividad) y que me sofoco menos.

Además, lo importante es que vuelve a apetecerme y vuelvo a sentirme cicloturista. Y eso no se paga con dinero, el que anda en bici sabe de qué hablo.

Salud

Como ya conté en la última entrada, parece que la salud sigue respetando. Obviamente, después de un transplante de médula hay que tomar ciertas precauciones y uno es más propenso a cogerse casi cualquier cosa, pero de momento no me impide hacer una vida de lo más normal.

El día 15 vuelvo al calendario de vacunas y cada 4 meses toca revisión, pero ya he aprendido a vivir con menos miedo a la recaída, o al menos a no darle demasiadas vueltas, ya que no está en mi mano.

Evidentemente, antes de ponerme a entrenar “en serio” he tomado ciertas precauciones como realizar una prueba de esfuerzo completa para descartar cualquier otro factor de riesgo.

Y no le pido mucho más a este 2019 que está a punto de comenzar: salud y bicicleta.

¡Feliz año a todos!

The following two tabs change content below.
Ingeniero técnico de profesión, pero cicloturista de corazón. Superviviente de linfoma y transplantado de médula. Convencido de que la vida es jodida pero hermosa y por eso tenemos la obligación de disfrutarla de la mejor manera posible. Para mí, la bici, la fotografía y las tecnologías son una buena herramienta para hacerlo.

Latest posts by BiciCiclo (see all)